El acoso escolar o bullying podría afectar casi el 25% de los niños de nuestras aulas
Según la OMS, el bullying podría afectar hasta casi el 25% de los niños en la etapa de secundaria
Termina otro curso, tal vez el más peculiar de los que todos hemos vivido hasta la fecha. Particular o no, en este período nos resulta interesante señalar la problemática que muchos niños viven en torno al tema del acoso escolar o bullying.
El bullying es un mal que afecta a muchos alumnos en nuestros centros escolares y que no sólo se da dentro de éstos, sino en otros ambientes como el laboral u otros entornos sociales. Centrándonos en el bulying escolar en España, las últimas estadísticas aportadas por el Ministerio de Educación en el curso lectivo 2017-2018, registraron 5.557 posibles casos de acoso escolar.
Por otro lado, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (2017), un 24,8% de los niños españoles en la etapa de Secundaria sufren o han sufrido acoso escolar.
Traducido, significa que al menos uno de cada cuatro niños, va a sufrir o ha sufrido en algún momento bullying o acoso escolar. Para que esto deje de pasar, como adultos debemos estar atentos a algunas cosas importantes.
Una situación de bullying se diferencia de otro tipo de molestias por los síntomas que causa en la víctima a nivel psicológico, emocional e incluso físico
¿Cuáles son los posibles síntomas de bullying a los que debemos estar atentos?
La víctima no quieren asistir a clase.
Aparece retraimiento social, necesidad de aislamiento, apatía e introversión.
Se presentan síntomas ansiosos como temblores, palpitaciones, inquietud, nerviosismo…
En el momento de ir a clase (o incluso el día de antes) suele manifestar problemas psicosomáticos: malestar gastrointestinal, dolores de cabeza, mareos…
Dificultades para dormir.
Su cuerpo presenta golpes o señales de violencia injustificadas.
Su carácter se vuelve irascible e irritable, pudiendo presentar además cambios repentinos de humor.
Aparece tristeza injustificada.
Empieza a hacer comentarios autorreferenciales de baja autoestima: no valgo nada, nadie me quiere, no merece la pena estar así…
Aparecen problemas repentinos de memoria, concentración, atención y descenso del rendimiento escolar sin una historia previa coherente.
En su versión más extrema, pueden aparecer amenazas o incluso intentos de suicidio.
El bullying puedes presentarse de diversas maneras, pudiendo a parecer varias de ellas conjuntamente.
Además, encontramos que los distintos tipos de bullying pueden ser:
Bullying físico: golpes, empujones o utilización de algún instrumento para hacer daño físico. También pueden aparecer comportamientos de robar, romper, esconder o maltratar cosas y material escolar de la víctima.
Acoso o bullying verbal: insultar, poner motes hirientes, hacer amenazas o provocaciones reiteradas.
Bullying social: muy relacionado con el anterior, se da cuando el/la maltratador/a difunde rumores, convence a otros niños para que no hablen con la víctima o existe humillación en público para que el acosado se sienta aislado.
Bullying sexual: está referido a todas las acciones de acoso relacionadas con conductas sexuales, como burlas sobre la orientación o identidad sexual de la víctima, tocamientos no consentidos o incluso conductas sexuales delictivas.
Acoso por internet o cyberbullying: ocurre cuando entra en juego el uso de redes sociales a través de móviles, tabletas, ordenadores… En estos casos la persona que acosa suele enviar mensajes por internet desagradables, difunde rumores vejatorios de la víctima, envía fotografías y/o vídeos avergonzantes, e incluso puede hasta crear perfiles falsos comprometidos para la persona objetivo.
Existen diversos síntomas físicos, psicológicos y emocionales, que cuando se presentan podrían indicar la presencia de bullying
Siendo así, se hace necesario señalar la responsabilidad social que todos tenemos ante un caso de acoso. Debemos entender que no sólo es cosa de la víctima denunciar lo que le está ocurriendo, sino que es una responsabilidad social y moral de todos señalar e interceder en un caso de bullying si lo estamos presenciando de cerca.
El ciberacoso es una práctica cada vez más extendida entre los jóvenes dado el generalizado y fácil acceso que éstos tienen a la tecnología. La falta de control parental y a veces la inconsciencia de los propios chicos hace que puedan incurrir en conductas dañinas para otros o incluso para ellos mismos
Tal y como afirma el juez de menores Calatayud, que un menor beba o no beba, fume o no fume, no sólo es responsabilidad de sus padres. También lo son todos los trabajadores de un centro escolar que deben velar de que durante las horas lectivas ese menor no abandone el centro; como también son responsables el dependiente del kiosco o el estanquero que le vende el tabaco al menor sin pedirle la documentación pertinente como indicia la ley; o el dueño del establecimiento o del bar que vende alcohol al menor de edad. Calatayud se hace eco de esa responsabilidad, que recogemos aquí para orientarla hacia la señalización y denuncia de los casos de acoso escolar o bullying, se quien sea quien los presencia.
Acabar con el acoso escolar es tarea de todos
Y es que como se puede ver en el siguiente vídeo, las personas nos sentimos abrumadas ante la presencia evidente de un caso de maltrato. Son muchos los estudios sociales llevados a cabo acerca del comportamiento humano mientras se presencia, se ejerce o se recibe comportamientos violentos. Todos ellos nos indican que un alto porcentaje de nosotros (de hecho, casi todos) entraríamos en pasividad o incluso parálisis. La violencia nos abruma, nos hace entrar en pánico muchas veces.
Con todo, te dejamos con el siguiente experimento social:
En este experimento social, la mayoría de personas son capaces de actuar cuando se sienten víctimas de una injusticia, sin embargo la misma mayoría se vuelve inactiva ante la presencia de una situación de injusticia.
Es por eso que ante la presencia de un caso de bullying no debemos permitir que el miedo o el reparo de “meternos donde no nos llaman” nos conviertan en cómplices de un caso de acoso a otra persona. Si lo ves, actúa. No tengas miedo, existen protocolos escolares y policiales que una vez activados protegen y ayudan a la/s víctima/s a salir de esa situación. Y si eres tú quien está sufriendo bullying, cuéntalo, mucha gente está deseando poder ayudarte.
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