La mayoría de nosotros hemos experimentado alguna vez estrés en el trabajo. Incluso algunos conoceremos casos graves en los que alguien ha tenido que coger una baja laboral por problemas derivados del estrés. En el artículo de hoy queremos hablar sobre el síndrome del trabajador quemado o burnout. Una enfermedad que deriva de una situación crónica de estrés laboral.
El burnout está recogido en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) como el Síndrome de desgaste profesional. Este síndrome se conceptualiza por un estrés crónico en el lugar de trabajo que tiene como consecuencias los siguientes síntomas:
Cada persona expresará los síntomas del burnout de una forma determinada, en base a su personalidad. Sin embargo hay algunos aspectos comunes que caracterizan a los profesionales que manifiestan este síndrome en diferentes entornos laborales:
– Se va deteriorando su compromiso con el trabajo. Una labor considerada en su inicio como algo vocacional se va experimentando como algo cada vez más desagradable y que no consigue llenar las aspiraciones personales ni profesionales.
– Las emociones positivas iniciales de entusiasmo, seguridad y disfrute van siendo reemplazadas por sentimientos de ira, ansiedad y depresión.
– Suele haber una autoinculpación errónea por este padecimiento. En lugar de atribuir sus síntomas a las condiciones laborales, los trabajadores acaban pensando que es su falta de habilidades para llevar a cabo el trabajo lo que ha provocado el desgaste.
El estrés laboral implica una serie de manifestaciones físicas y comportamentales en respuesta a las presiones relacionadas con el trabajo. Dichas presiones estarían presentes durante periodos cortos y concretos. Sin embargo, cuando esta situación de estrés laboral es mantenida durante largos periodos de tiempo, sin ser atendida adecuadamente, puede llegar a convertirse en un cuadro de burnout.
Esto quiere decir que, si la organización laboral consigue controlar los estresores que afectan a sus empleados, se puede prevenir esta enfermedad.
El burnout tiene un especial impacto en profesiones que implican un contacto directo con personas como por ejemplo profesionales sanitarios, profesores, policías, funcionarios de prisiones, asistentes sociales, etc.
En este tipo de profesiones, las demandas emocionales y la carga de trabajo pueden llegar a sobrepasar en muchas ocasiones la capacidad del trabajador provocando en él esos sentimientos de frustración y desilusión. Entonces el trabajo deja de tener sentido y pasa a ser una fuente de conflictos en el grupo de trabajo o con los pacientes, clientes o alumnos en función de la actividad.
El estrés laboral está considerado como un factor de riesgo que nos predispone a desarrollar múltiples enfermedades. Por este motivo es importante cuidarnos y saber cómo manejar el estrés, previniendo el burnout y las consecuencias para la salud que de él se derivan.
Psicóloga Sanitaria.