EL desempleo y sus consecuencias psicológicas es un tema de gran relevancia hoy en día. El desempleo tiene la capacidad de generar un fuerte impacto en la vida personal y en el bienestar de las personas. Junto a los efectos socioeconómicos que trae consigo estar desempleado, es importante destacar como principal consecuencia el deterioro de la salud mental de las personas.
Los efectos negativos sobre la salud mental se profundizan a medida que la condición de desempleo se prolonga en el tiempo. La respuesta psicológica ante los problemas de desempleo tiende a variar con relación a la edad, clase social, responsabilidades económicas y la personalidad de cada uno.
El trabajo además de aportar un nivel económico, aporta sensación de bienestar y estabilidad emocional/psicológica, familiar y social. La pérdida de éste desencadena una serie de cambios en la vida de la persona que hace que se convierta en un problema psicosocial.
Los síntomas generados por el desempleo no se presentan al mismo tiempo ni de manera inmediata a la pérdida del trabajo, van siendo progresivos.
El impacto psicológico del desempleo puede derivar en problemas gastrointestinales, cansancio físico, así como desequilibrios alimenticios, como la pérdida del apetito o atracones compulsivos. El estrés que sufre la persona por dicha situación de desempleo, se encarga de segregar de hormonas como el cortisol y la adrenalina que afectan al correcto funcionamiento del organismo.
Como consecuencia del estrés permanente, los individuos en el paro tienen mayores probabilidades de sufrir problemas cardiovasculares, dolores musculares, hipertensión, cambios de humor, calambres, etc.
En términos emocionales, los problemas del desempleo producen síntomas de tristeza, ansiedad, pensamientos negativos, inseguridad, desesperación, baja autoestima, sentimiento de fracaso, pensamientos negativos, etc. Intensificándose en las personas la irritabilidad, la frustración y el mal humor.
A continuación, se señalan una serie de sentimientos que las personas pueden experimentar durante las diferentes fases psicológicas que trae consigo el desempleo.
El fracaso es uno de los principales sentimientos que puede llegar a experimentar una persona que posee problemas de desempleo. La persona no sólo experimenta la sensación de haber fallado, sino que además, se produce un sentimiento de culpa y responsabilidad por su actual situación laboral.
El no conseguir empleo después de un largo periodo de intentos fallidos, hace que las personas experimenten desmotivación, la cual influye directamente sobre sus deseos y esfuerzos por conseguir un nuevo empleo.
Una alta intensidad de estos sentimientos puede derivar en el deterioro de la salud mental. Como resultado, el desempleo se convierte en un factor de riesgo de trastornos psicológicos como la depresión y la ansiedad.
Dicho sentimiento de pone de manifiesto al reconocer la situación de desempleo frente a otras personas. Para un importante porcentaje de la población, el empleo posee un carácter dignificador, que impulsa a las personas a sentir vergüenza al reconocer su desocupación.
Dependiendo de las condiciones económicas del desempleado, perder un trabajo o permanecer desempleado durante un largo periodo de tiempo produce desesperanza. Especialmente en personas que poseen necesidades o responsabilidades económicas que solo pueden ser atendidas a través de su propio trabajo.
Dicha desesperación es aún mayor por cada postulación para un empleo rechazada así como ante la falta de respuestas positivas a los esfuerzos por conseguir trabajo.
Por ruptura de rutinas diarias tale como: de traslado, relación y de experiencias compartidas con compañeros de trabajo. Reduciéndose también las oportunidades para la creatividad, desarrollo profesional y los sentimientos de utilidad al contribuir al bienestar de la familia y de la sociedad. Generándose la percepción de estar fuera de la “rueda” de la vida.
Por este motivo, la intervención psicológica se convierte en una necesidad imprescindible para combatir los peores efectos y los problemas que conlleva el desempleo.
La fase de entusiasmo es un periodo que puede abarcar los primeros 6 meses a partir de la pérdida del empleo. Aunque la persona no se encuentra satisfecho con su actual estado laboral, tiene la convicción y confianza de conseguir un nuevo empleo en el menor tiempo posible.
En este periodo el impacto psicológico y los problemas del desempleo son relativamente leves, predominan las actitudes positivas y las altas expectativas.
El periodo de estancamiento puede abarcar desde los 6 meses y 18 meses desde la pérdida del empleo. Al no haber encontrado empleo durante este periodo de tiempo, la desmotivación comienza a hacer efecto y se divisan los primeros síntomas de la desesperación.
En este periodo de tiempo también pueden aparecer sentimientos de vergüenza, irritabilidad y ansiedad como efectos psicológicos del desempleo.
La desmotivación suele aparecer entre los 18 y 24 meses desde la pérdida del empleo. Es en este momento es cuando aparecen los sentimientos relacionados con el fracaso, baja autoestima y desesperanza.
La intensidad de todos estos estresores y, si el tiempo de desempleo es prolongado, puede alcanzar niveles tales de intensidad que la estructura psicológica de la persona no pueda procesar y elaborar, desencadenándose situaciones de trauma en las personas afectadas.
Resiliencia como componente personal. Donde la persona se esfuerza por mantener un estado de ánimo positivo y llevar a cabo una eficiente búsqueda activa de empleo.
Estilos de afrontamiento que se pongan en marcha. Un estilo de afrontamiento productivo incluiría acciones dirigidas a resolver el problema.
Apoyo familiar y social, cuanto mayor redes de apoyo mayor recuperación.
Ejercicio físico, buscando la activación corporal de la persona y los efectos positivos que tiene sobre el estrés.
Desarrollo de hábitos de alimentación saludable, para dar respuesta a la necesidad de energía a través de un equilibrio nutritivo adecuado a la demanda.
Actividades de ocio y tiempo libre que favorezcan la distracción y el buen humor.
Relaciones sociales que enriquezcan y favorezcan nuestro desarrollo personal.
Cómo hemos podido observar en este artículo, una condición laboral afecta tanto a la salud general como a la salud mental de las personas.
Si estás en situación de desempleo y te has sentido identificado con alguno de los síntomas aquí expuestos, no dudes en ponerte en contacto con Altea Psicólogos, podemos ayudarte.
Te recomendamos leer también éste artículo acerca del Trastorno de Angustia.
Psicóloga
Infantil
Adolescentes
Adultos
