En nuestro anterior artículo os hablamos de la salud mental, la importancia de su promoción, de los estigmas que aún existen en nuestra sociedad sobre la salud mental y de los principales motivos por los que las personas acuden a un psicólogo. No obstante, no solo es importante promover una buena salud mental en adultos, ya que no podemos olvidarnos de la salud mental en la infancia.
Al igual que en los adultos, la salud mental en la infancia no solo es la ausencia del trastorno mental, sino que implica que los pequeños de la casa disfruten de su infancia. Es decir, la salud mental estaría en el cómo se siente nuestro hijo, cómo piensa e, incluso, cómo se relaciona con sus iguales y el resto de personas de su entorno. Por tanto, tener salud mental en la infancia significa alcanzar los indicadores del desarrollo y los emocionales, así como perfeccionar las habilidades sociales y una óptima resolución de problemas para así poder desenvolverse cómodamente en los diferentes contextos (casa, escuela).
En la salud mental infantil también encontramos estigmas y prejuicios por falta de información. Del mismo modo que en adultos, los niños también tienen que lidiar con el estigma asociado. Pero en este caso, dicha lucha también la sufren los padres de los pequeños, convirtiéndose esta situación en un gran secreto para las personas que no pertenecen al núcleo familiar y en muchas ocasiones evitando pedir ayuda para no ser descubiertos.
De esta manera, los papás de los pequeños y éstos, no suelen comentar nada al respecto, consiguiendo así escapar de los comentarios que restan importancia al problema y que pueden tener repercusiones negativas sobre la familia.
Como comentamos en el artículo anterior, una atención pública de calidad en salud mental sigue siendo una asignatura pendiente en nuestro país. Si bien es cierto que existen centros de atención temprana para los menores de 6 años, el mayor grosor de atención psicológica infantil también se concentra en el ámbito privado.
En nuestra práctica diaria aparece un gran abanico de dificultades psicológicas infantiles. A continuación se destacan algunas de ellas:
Esta es la gran pregunta para los padres y madres ¿cómo saber si mi hijo o hija necesita ayuda psicológica?. Pero la pregunta va más alla: ¿necesito que me asesoren sobre cómo gestionar lo que le está pasando a mi niño o niña? La respuesta a estas preguntas puedes encontrarlas en ALTEA Psicólogos. Ven, cuenta nos tu caso y disipa tus dudas.
En ALTEA Psicólogos sabemos que los papás y las mamás son los principales modelos de aprendizaje para sus hijos, sus referentes. Pero también sabemos que los pequeños no vienen con un manual de instrucciones bajo el brazo y que criar a un niño supone un gran reto. Sabemos que los comportamientos y las emociones de nuestros pequeños cambian con una alta frecuencia y a una velocidad de vértigo. Existen momentos en los que se ponen tristes o están ansiosos, se irritan o, incluso, se comportan de una forma agresiva. Hay ocasiones en que su capacidad de atención se reduce, otras en las que quedarse quietos no es una opción y otras en las que la interacción con los demás es casi nula. Aunque en un principio estas situaciones pueden considerarse etapas normales del desarrollo, en ciertos casos pueden estar relacionados con un problema mayor.
En general, buscar ayuda de un profesional es la mejor forma de responder a esta pregunta. No obstante, a continuación os dejamos algunas de las situaciones que pueden sufrir los papás y sus hijos y en las que la terapia psicológica sería muy beneficiosa para lidiar con dicha situación/es: