Conocer más de cerca la ansiedad mejora su comprensión. Ya que todo lo que se conoce, es más fácil de afrontar, veamos un poquito más en profundidad qué es y cómo podemos lograr el manejo de la ansiedad.
La ansiedad es una de las maneras más habituales en que nuestro cuerpo nos advierte de que algo no va bien. Es el sistema de alarma que nos indica “¡Cuidado! ¡Algo está pasando y debes estar alerta!”. Por lo tanto, la ansiedad vela por los intereses del organismo.
Así, cuando nuestra mente advierte un peligro que podría poner en juego nuestra supervivencia, una parte de nuestro sistema nervioso (el sistema nervioso simpático) se activa para que podamos tomar una decisión rapidísima que podría ser decisiva.
Nuestros músculos se tensan, el corazón bombea más sangre, las vías circulatorias se ensanchan, los pulmones aumentan su capacidad, la visión se vuelve focalizada, el oído se agudiza…
Casi podríamos decir que momentáneamente nos volvemos un X-men (fisiológicamente hablando), de tal manera que gracias a la ansiedad puntual todo nuestro cuerpo se dispone de manera extraordinaria para tomar la decisión en muy corto espacio de tiempo, para sobrevivir.
Momentáneamente, la ansiedad nos transforma en X-men fisiológicos, logrando orientan todo nuestro cuerpo hacia la supervivencia de manera extraordinaria
Simplificando las cosas, si dicho flujo de energía (que es enorme) no se gasta de manera útil, se queda “dando vueltas” en el cuerpo. Y es esta rumiación lo que tal vez estés viviendo como ansiedad.
Por esta razón es importante entender la siguiente pregunta:
¿Qué me está preocupando?
Si aceptamos la preocupación que estamos teniendo y la tratamos adecuadamente, estaremos dando un gran paso hacia la gestión de la ansiedad.
Habitualmente, cuando el cuerpo sufre, la mente tiene algo que decir
Entendamos que esa parte de nosotros «ansiosa», ha activado las alarmas porque algo le preocupa. Necesita ser escuchada, al fin y al cabo es la parte que nos protege para sobrevivir. Así es que negar su presencia es negar su necesidad. Como alguien que quiere llamar la atención, cada vez se expresará más alto hasta que de tanto no ser escuchada, puede convertirse en ansiedad. Así, la ansiedad se convierte en el berrinche de la mente, para ser escuchada y atendida.
A veces las cosas que nos preocupan tienen sentido y otras veces no. Por ejemplo, estar sin trabajo y preocuparnos por el dinero tiene sentido, eso nos accionará hacia la búsqueda activa de empleo. Salir a la calle y esperar que en cualquier momento pueda pasar algo malo, no lo tiene.
Al menos no tiene sentido hoy, porque esa parte que se preocupa por el mero hecho de salir a la calle, se formó en el pasado con alguna buena intención. Probablemente tan útil fue que se ha quedado instalada como forma de supervivencia.
La parte que nos advierte del peligro se formó en el pasado con una intención positiva
Algunos consejos útiles para el manejo de la ansiedad:
Alfonso García-Donas. Psicólogo