Se ha estimado que el 6-10% de la población adulta sufre de insomnio crónico, siendo más común entre las mujeres. También se ha encontrado que el trastorno del sueño en adultos se vuelve más común a medida que envejecemos, pero afecta a todos los rangos de edad.
El insomnio consiste en tener problemas persistentes con el sueño, que duran más de un mes y pueden incluir:
No obstante, estos problemas son diferentes a otros trastornos del sueño en adultos, como puede ser la excesiva somnolencia diurna, los causados por trabajar en turnos de noche o con turnos cambiantes, las pesadillas o el sonambulismo.
Además, la mayoría de nosotros experimentamos problemas con el sueño en algún momento de nuestras vidas, generalmente cuando estamos bajo estrés. Sin embargo, se debe considerar buscar ayuda cuando los problemas de sueño duran más de un mes o si no consigue dormir bien sin el uso de pastillas para dormir.
Los problemas de sueño continuos pueden afectar a su funcionamiento diario, dando como resultado algunas de las siguientes complicaciones:
Si estás experimentando alguna de estas consecuencias de la falta de sueño, posiblemente debas buscar ayuda profesional.
Hay una amplia gama de factores que pueden dificultar el descanso. Algunos de ellos son:
Es muy probable que caigamos en el círculo vicioso del insomnio, el cual nos lleva a desarrollar hábitos o creencias que lo que hacen es mantener estos problemas de sueño.
Podemos observar esos mecanismos en la siguiente figura:
Debido a la gran prevalencia de los problemas de sueño, se han desarrollado numerosos medicamentos para dormir. Sin embargo, la medicación sólo se ha demostrado efectiva a corto plazo. Con lo cual, para acabar de una vez por todas con los problemas del sueño, hay que considerar estrategias terapéuticas como la higiene del sueño, la terapia cognitiva y la reducción del estrés.
Irene Cazorla Torres. Psicóloga.