Septiembre significa el inicio de un nuevo curso. Con la vuelta al cole queríamos aprovechar para hablar sobre los valores que debemos inculcar a hijos y alumnos para prevenir casos de acoso escolar o bullying como el de Izan, el chico mallorquín que recibió insultos por parte de sus compañeros el día de su 11 cumpleaños y que se ha hecho viral en redes sociales gracias al video que publicó su hermano donde se refleja dicha agresión.
En los últimos años los casos de bullying en España han ido en aumento, encontrando que 7 de cada 10 niños sufren algún tipo de acoso o cyberacoso.
En un artículo anterior hablábamos de cómo detectar cuando un niño puede estar sufriendo acoso, los tipos de bullying existentes, sus consecuencias emocionales y cómo muchas veces los testigos le restan importancia y no actúan al respecto.
Si queremos acabar con el bullying todos tenemos que tomar partido: profesores, padres, compañeros de clase, etc. Es importante que estemos atentos a la hora de detectar estos casos y denunciarlos. Sin embargo, en el artículo de hoy nos centraremos principalmente en la prevención del bullying a través de la educación en valores.
Tanto padres como educadores tienen un papel muy importante en el desarrollo de los valores a partir de los cuales los niños se van a comportar en el colegio y en su vida, influyendo en las relaciones que establezcan con otras personas y en cómo distinguir lo que está bien de lo que está mal.
Si damos importancia a los valores que se exponen en la siguiente lista, dando ejemplo y considerándolos clave en la educación de los niños, estaremos ayudando a prevenir el acoso en las escuelas:
Enseñar a los niños a respetar todo aquello que les rodea, ya sea familia, amigos, animales, el espacio, las ideas, etc. Los niños educados en el respeto aprenden a tratar a todos por igual, teniendo cuidado con sus palabras para no herir a los demás.
Educar en tolerancia significa reconocer que existen personas diversas (diferentes cuerpos, diferentes culturas e ideas, diferentes comportamientos, etc.) y que la diversidad está bien, no es motivo de discriminación. Visibilizar y normalizar esas diferencias hará que su mente no tenga prejuicios y que no llame su atención el ver a alguien con una forma diferente de vestir, de hablar, de ser o de comportarse.
La capacidad de reconocer la propia vulnerabilidad, asumiendo que todos tenemos nuestras fortalezas y limitaciones y que no hay que intentar ser más que nadie para conseguir lo que queremos. La humildad ayudará a los niños no solo a valorar a los demás, si no a aceptarse plenamente a sí mismos.
Aprovechar las oportunidades del día a día para enseñar a los niños a ponerse en el lugar de otra persona para que comprendan que sus acciones tienen repercusión sobre los demás y que hay que intentar tratar a los demás como te gustaría ser tratado.
Será imprescindible que entiendan que sus actos tienen consecuencias y que deben hacerse responsables de los mismos. Solo así se acostumbrarán a pensar antes de actuar y evitarán comportarse de forma irresponsable. Una forma de inculcar la responsabilidad es estableciendo normas y tareas en casa que siempre vayan seguidas de consecuencias coherentes por su no cumplimiento.
Está claro que los niños absorben todo lo que ven de los adultos. Una casa donde no exista la igualdad o la justicia, donde haya falta de comunicación positiva y los gritos, insultos o las peleas entre hermanos sean algo normal llevarán a los niños a normalizar los comportamientos agresivos.
Por último, sería interesante también que hablásemos sobre acoso con los niños, adaptándolo siempre a su nivel evolutivo, para que tomen conciencia de ello como un problema que sepan identificar y denunciar.
Psicóloga Sanitaria.