Trastornos de la personalidad 

¿Qué es un trastorno de la personalidad? 

Un trastorno de la personalidad es un patrón perdurable de experiencia interna y comportamiento que se desvía notablemente de las expectativas de la cultura del individuo. Este patrón se manifiesta en dos (o más) de los siguiente ámbitos:

1. Cognición (la forma el que alguien se percibe a sí mismo/a, a otras personas y al entorno).  

2. Afectividad (en tanto a la amplitud, intensidad, labilidad e idoneidad de la repuesta emocional).

3. Funcionamiento interpersonal (a nivel de autonomía, toma de decisiones, estabilidad vital, establecimiento de relaciones personales, etc.).

4. Control de los impulsos (consumo de drogas, juego, sexo, autolesiones, impulsos suicidas, etc.).

¿Cuáles son los 10 trastornos de personalidad?

Existen tres grandes grupos: 

  • GRUPO A:
    • TP paranoide.
    • TP esquizoide.
    • TP esquizotípica.
  • GRUPO B:
    • TP antisocial.
    • TP límite.
    • TP histriónica.
    • TP narcisista.
  • GRUPO C:
    • TP evasiva.
    • TP dependiente.
    • TP obsesivo-compulsiva.

¿Cuáles son los síntomas del trastorno de la personalidad?

Trastorno de la personalidad paranoide

Desconfianza y suspicacia intensa frente a los demás, de tal manera que sus motivos se interpretan como malévolos, que comienza en las primeras etapas de la edad adulta y está presente en diversos contextos, y que se manifiesta por cuatro (o más) de los hechos siguientes:

1. Sospecha, sin base suficiente, de que los demás explotan, causan daño o decepcionan al individuo.

2. Preocupación con dudas injustificadas acerca de la lealtad o confianza de los amigos o colegas.

3. Poca disposición a confiar en los demás debido al miedo injustificado a que la información se utilice maliciosamente en su contra.

4. Lectura encubierta de significados denigrantes o amenazadores en comentarios o actos sin malicia.

5. Rencor persistente (es decir, no olvida los insultos, injurias o desaires).

6. Percepción de ataque a su carácter o reputación que no es apreciable por los demás y disposición a reaccionar rápidamente con enfado o a contraatacar.

7. Sospecha recurrente, sin justificación, respecto a la fidelidad del cónyuge o la pareja.

Trastorno de la personalidad esquizoide

Patrón dominante de desapego en las relaciones sociales y poca variedad de expresión de las emociones en contextos interpersonales, que comienza en las primeras etapas de la edad adulta y está presente en diversos contextos, y que se manifiesta por cuatro (o más) de los hechos siguientes:

1. No desea ni disfruta las relaciones íntimas, incluido el formar parte de una familia.

2. Casi siempre elige actividades solitarias.

3. Muestra poco o ningún interés en tener experiencias sexuales con otra persona.

4. Disfruta con pocas o con ninguna actividad.

5. No tiene amigos íntimos ni confidentes aparte de sus familiares de primer grado.

6. Se muestra indiferente a las alabanzas o a las críticas de los demás.

7. Se muestra emocionalmente frío, con desapego o con afectividad plana.

Trastorno de la personalidad esquizotípica

Patrón dominante de deficiencias sociales e interpersonales que se manifiesta por un malestar agudo y poca capacidad para las relaciones estrechas así como por distorsiones cognitivas o perceptivas y comportamiento excéntrico, que comienza en las primeras etapas de la edad adulta y está presente en diversos contextos, y que se manifiesta por cinco (o más) de los hechos siguientes:

1. Ideas de referencia (con exclusión de delirios de referencia).

2. Creencias extrañas o pensamiento mágico que influye en el comportamiento y que no concuerda con las normas subculturales (p. ej., supersticiones, creencia en la clarividencia, la telepatía o un “sexto sentido”; en niños y adolescentes, fantasías o preocupaciones extravagantes).

3. Experiencias perceptivas inhabituales, incluidas ilusiones corporales.

4. Pensamientos y discurso extraños (p. ej., vago, circunstancial, metafórico, superelaborado o estereotipado).

5. Suspicacia o ideas paranoides.

6. Afecto inapropiado o limitado.

7. Comportamiento o aspecto extraño, excéntrico o peculiar.

8. No tiene amigos íntimos ni confidentes aparte de sus familiares de primer grado.

9. Ansiedad social excesiva que no disminuye con la familiaridad y tiende a asociarse a miedos paranoides más que a juicios negativos sobre sí mismo.

Trastorno de la personalidad antisocial 

Patrón dominante de inatención y vulneración de los derechos de los demás, que se produce desde los 15 años de edad, y que se manifiesta por tres (o más) de los hechos siguientes:

1. Incumplimiento de las normas sociales respecto a los comportamientos legales, que se manifiesta por actuaciones repetidas que son motivo de detención.

2. Engaño, que se manifiesta por mentiras repetidas, utilización de alias o estafa para provecho o placer personal.

3. Impulsividad o fracaso para planear con antelación.

4. Irritabilidad y agresividad, que se manifiesta por peleas o agresiones físicas repetidas.

5. Desatención imprudente de la seguridad propia o de los demás.

6. Irresponsabilidad constante, que se manifiesta por la incapacidad repetida de mantener un comportamiento laboral coherente o cumplir con las obligaciones económicas.

7. Ausencia de remordimiento, que se manifiesta con indiferencia o racionalización del hecho de haber herido, maltratado o robado a alguien.

Trastorno de la personalidad límite o TLP

Patrón dominante de inestabilidad de las relaciones interpersonales, de la autoimagen y de los afectos, e impulsividad intensa, que comienza en las primeras etapas de la edad adulta y está presente en diversos contextos, y que se manifiesta por cinco (o más) de los hechos siguientes:

1. Esfuerzos desesperados para evitar el desamparo real o imaginado.

2. Patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas que se caracteriza por una alternancia entre los extremos de idealización y de devaluación.

3. Alteración de la identidad: inestabilidad intensa y persistente de la autoimagen y del sentido del yo.

4. Impulsividad en dos o más áreas que son potencialmente autolesivas (p. ej., gastos, sexo, drogas, conducción temeraria, atracones alimentarios). 

5. Comportamiento, actitud o amenazas recurrentes de suicidio, o comportamiento de automutilación.

6. Inestabilidad afectiva debida a una reactividad notable del estado de ánimo (p. ej., episodios intensos de disforia, irritabilidad o ansiedad que generalmente duran unas horas y, rara vez, más de unos días).

7. Sensación crónica de vacío.

8. Enfado inapropiado e intenso, o dificultad para controlar la ira (p. ej., exhibición frecuente de genio, enfado constante, peleas físicas recurrentes).

9. Ideas paranoides transitorias relacionadas con el estrés o síntomas disociativos graves.

Trastorno de la personalidad histriónica

Patrón dominante de emotividad excesiva y de búsqueda de atención, que comienza en las primeras etapas de la edad adulta y está presente en diversos contextos, y que se manifiesta por cinco (o más) de los hechos siguientes:

1. Se siente incómodo en situaciones en las que no es el centro de atención.

2. La interacción con los demás se caracteriza con frecuencia por un comportamiento sexualmente seductor o provocativo inapropiado.

3. Presenta cambios rápidos y expresión plana de las emociones.

4. Utiliza constantemente el aspecto físico para atraer la atención.

5. Tiene un estilo de hablar que se basa excesivamente en las impresiones y que carece de detalles.

6. Muestra autodramatización, teatralidad y expresión exagerada de la emoción.

7. Es sugestionable (es decir, fácilmente influenciable por los demás o por las circunstancias).

8. Considera que las relaciones son más estrechas de lo que son en realidad.

Trastorno de la personalidad narcisista

Patrón dominante de grandeza (en la fantasía o en el comportamiento), necesidad de admiración y falta de empatía, que comienza en las primeras etapas de la vida adulta y se presenta en diversos contextos, y que se manifiesta por cinco (o más) de los hechos siguientes:

1. Tiene sentimientos de grandeza y prepotencia (p. ej., exagera sus logros y talentos, espera ser reconocido como superior sin contar con los correspondientes éxitos).

2. Está absorto en fantasías de éxito, poder, brillantez, belleza o amor ideal ilimitado.

3. Cree que es “especial” y único, y que sólo pueden comprenderle o sólo puede relacionarse con otras personas (o instituciones) especiales o de alto estatus.

4. Tiene una necesidad excesiva de admiración.

5. Muestra un sentimiento de privilegio (es decir, expectativas no razonables de tratamiento especialmente favorable o de cumplimiento automático de sus expectativas).

6. Explota las relaciones interpersonales (es decir, se aprovecha de los demás para sus propios fines).

7. Carece de empatía: no está dispuesto a reconocer o a identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás.

8. Con frecuencia envidia a los demás o cree que éstos sienten envidia de él.

9. Muestra comportamientos o actitudes arrogantes, de superioridad.

Trastorno de la personalidad evasiva (o evitativa)

Patrón dominante de inhibición social, sentimientos de incompetencia e hipersensibilidad a la evaluación negativa, que comienza en las primeras etapas de la edad adulta y está presente en diversos contextos, y que se manifiesta por cuatro (o más) de los hechos siguientes:

1. Evita las actividades laborales que implican un contacto interpersonal significativo por miedo a la crítica, la desaprobación o el rechazo.

2. Se muestra poco dispuesto a establecer relación con los demás a no ser que esté seguro de ser apreciado.

3. Se muestra retraído en las relaciones estrechas porque teme que lo avergüencen o ridiculicen.

4. Le preocupa ser criticado o rechazado en situaciones sociales.

5. Se muestra inhibido en nuevas situaciones interpersonales debido al sentimiento de falta de adaptación.

6. Se ve a sí mismo como socialmente inepto, con poco atractivo personal o inferior a los demás.

7. Se muestra extremadamente reacio a asumir riesgos personales o a implicarse en nuevas actividades porque le pueden resultar embarazosas.

Trastorno de la personalidad dependiente

Necesidad dominante y excesiva de que le cuiden, lo que conlleva un comportamiento sumiso y de apego exagerado, y miedo a la separación, que comienza en las primeras etapas de la edad adulta y está presente en diversos contextos, y que se manifiesta por cinco (o más) de los hechos siguientes:

1. Le cuesta tomar decisiones cotidianas sin el consejo y la tranquilización excesiva de otras personas.

2. Necesita a los demás para asumir responsabilidades en la mayoría de los ámbitos importantes de su vida.

3. Tiene dificultad para expresar el desacuerdo con los demás por miedo a perder su apoyo o aprobación. 

4. Tiene dificultad para iniciar proyectos o hacer cosas por sí mismo (debido a la falta de confianza en el propio juicio o capacidad y no por falta de motivación o energía).

5. Va demasiado lejos para obtener la aceptación y apoyo de los demás, hasta el punto de hacer voluntariamente cosas que le desagradan.

6. Se siente incómodo o indefenso cuando está solo por miedo exagerado a ser incapaz de cuidarse a sí mismo.

7. Cuando termina una relación estrecha, busca con urgencia otra relación para que le cuiden y apoyen.

8. Siente una preocupación no realista por miedo a que lo abandonen y tenga que cuidar de sí mismo.

Trastorno de la personalidad obsesivo-compulsiva

Patrón dominante de preocupación por el orden, el perfeccionismo y el control mental e interpersonal, a expensas de la flexibilidad, la franqueza y la eficiencia, que comienza en las primeras etapas de la vida adulta y está presente en diversos contextos, y que se manifiesta por cuatro (o más) de los siguientes hechos:

1. Se preocupa por los detalles, las normas, las listas, el orden, la organización o los programas hasta el punto de que descuida el objetivo principal de la actividad.

2. Muestra un perfeccionismo que interfiere con la terminación de las tareas (p. ej., es incapaz de completar un proyecto porque no se cumplen sus propios estándares demasiado estrictos).

3. Muestra una dedicación excesiva al trabajo y la productividad que excluye las actividades de ocio y los amigos (que no se explica por una necesidad económica manifiesta).

4. Es demasiado consciente, escrupuloso e inflexible en materia de moralidad, ética o valores (que no se explica por una identificación cultural o religiosa).

5. Es incapaz de deshacerse de objetos deteriorados o inútiles aunque no tengan un valor sentimental.

6. Está poco dispuesto a delegar tareas o trabajo a menos que los demás se sometan exactamente a su manera de hacer las cosas.

7. Es avaro hacia sí mismo y hacia los demás; considera el dinero como algo que se ha de acumular para catástrofes futuras.

8. Muestra rigidez y obstinación.

¿Cómo saber qué tipo de trastorno de personalidad tengo?

Dado que algunos síntomas de los trastornos de personalidad frecuentemente suelen estar presentes aisladamente en la vida cotidiana, el diagnóstico debe hacerse por un/a profesional cualificado/a (psicólogo/a, psiquiatra o neuropsicólogo/a), que deberá utilizar las pruebas psicométricas, entrevistas estructuradas, recogida de historia familiar, etc., pertinentes a tal efecto.

Así mismo, se debe tener en cuenta que algunos síntomas de los diferentes trastornos de personalidad pueden darse de manera conjunta, por lo que bajo ningún concepto debería auto-diagnosticarse tan sólo en base a los criterios clínicos, dada la alta comorbilidad que frecuentemente existe entre los diversos síntomas. 

¿Cómo convivir con una persona con un trastorno de personalidad? 

Lo primero que debemos entender que la persona que lo padece NO ELIGE padecerlo. 

Una de los obstáculos más fuertes para entender un trastorno de personalidad es que genera una distorsión en el contenido del pensamiento, pero no en su forma. Dicho de otro modo: la persona habla bien, se comporta correctamente y conoce y aplica las normas sociales la mayor parte del tiempo (salvo, tal vez, en el trastorno de personalidad antisocial), es funcional en la mayoría de cuestiones cotidianas…, pero no es capaz de interpretar la vida según los esquemas comunes de la mayoría del resto de personas. En pocas palabras: razona de forma extraña. 

Es por eso que podemos cometer el error de pensar que no le pasa nada, hecho que hace que nos cueste empatizar con una persona que padece este tipo de trastornos. Por lo tanto: 

  • Esfuérzate por conocer bien su trastorno, así podrás empatizar mejor con sus conductas. 
  • Ten paciencia y ayuda a la persona en la medida de lo posible a entender la realidad como es y no como cree que es en ese momento. 
  • No la infantilices, simplemente entiende que es una persona adulta con esa particularidad. 
  • Ten siempre presente su trastorno y su sintomatología para ayudarte a entender conductas, pensamientos y formas de sentir extrañas. 
  • Cuando tengas que usar la firmeza, no olvides acompañarla de cariño y empatía. Recuerda: no tiene la culpa de padecer un trastorno de personalidad. 
  • Anticipa conductas extrañas para prevenir posibles situaciones conflictivas. 
  • Cuenta con una red de acompañamiento y con recursos terapéuticos no sólo para la persona afectada, sino para los familiares de primer orden que tengan contacto con ella. 
  • Entiende que un trastorno de personalidad acompaña a la persona de por vida, lo que quiere decir que se maneja, no se cura. Es más una condición que una enfermedad. 

¿Cuál es la diferencia entre personalidad y trastorno de personalidad?

Definimos la personalidad como un constructo psicológico referido al conjunto de las características psíquicas de una persona que determinan su manera de actuar, pensar, sentir y relacionarse ante circunstancias particulares, que posee cierta persistencia y estabilidad durante el tiempo y que, por lo tanto, lo convierte en algo relativamente predecible para un observador externo. 

Por su parte, un trastorno de la personalidad se da cuando dicho patrón se desvía notablemente de las expectativas de la cultura del individuo, deteriorando significativamente su funcionamiento laboral y/o interpersonal.

Para saber más sobre los trastorno de la personalidad, te dejamos con el siguiente artículo en el cual contamos cómo éstos han sido puestos de manifestó en la historia del cine a través de muy diversos personajes que forman parte del ideario colectivo:

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