Depresión postvacacional

Ansiedad, cambios emocionales, Depresión / 17.01.2021

La bajada del estado de ánimo que suele venir detrás de las vacaciones

Audioartículo: La depresión postvacacional

La depresión postvacacional es un concepto utilizado para dar nombre al conjunto de síntomas de malestar, que surgen cuando una persona tiene que volver a adaptarse a la rutina laboral tras estar de vacaciones.

Depresión postvacacional
Los síntomas más comunes son bajada de ánimo, cierto estrés los primeros días por la desregulación de las rutinas y sentimientos de nostalgia.

Los síntomas más comunes en una depresión postvacacional son:

  • Cansancio generalizado.
  • Dolor muscular.
  • Alteraciones del sueño y del apetito.
  • Falta de motivación.
  • Tristeza e irritabilidad.
  • ansiedad.
  • Nostalgia por los días pasados.
  • Sudoración excesiva.
  • Falta de concentración y descenso del rendimiento.
  • Cambios repentinos de humor.
  • Incremento de las palpitaciones.
  • Alteración del sistema respiratorio y cardíaco.

Lo normal es que estos síntomas pueda durar un máximo de tres semanas, hasta que la persona se vuelve adaptar a la realidad cotidiana. Cuando el malestar persiste en el tiempo puede generar trastornos de ansiedad, depresión y estrés. Los síntomas pueden alargarse incluso hasta los tres meses posteriores a la incorporación al trabajo. Además, diferentes estudios señalan que entre un 25 y un 30% de los trabajadores van a padecer este síndrome o depresión postvacacional.

Entre un 25 y un 30% de los trabajadores van a sufrir algo de depresión postvacacional
Entre un 25 y un 30% de los trabajadores van a sufrir algo de depresión postvacacional

Al volver de las vacaciones pasamos del placer al deber, cambio que suele ser poco agradable.

Los cambios de horario, la vuelta a la rutina, las complicaciones de la vida diaria, la ausencia de tranquilidad, el peso de la jornada laboral, el “debo” frente al “quiero”… Todo ello puede hacer que la vuelta al trabajo (como la vuelta al colegio) pueda suponer un período de estrés intenso para algunas personas.

Por otro lado, es más frecuente que los síntomas aparezcan en personas que tienen una visión negativa de su trabajo, no se sienten realizadas y, por lo tanto, supone una obligación acudir a él. No obstante, los perfiles más comunes los encontramos en personalidades tales como:

El planificador: sería aquel que antes de empezar a trabajar ya está pensando y planificando hasta el más mínimo detalle de lo que va hacer en el trabajo. Son personas muy rígidas que ejercen un control diario, presente también durante las vacaciones. Suelen ser los que constantemente se imponen obligaciones laborales excesivas. Es la típica persona que no puede disfrutar de un domingo ante la perspectiva del lunes.

El controlador: serían aquellas personas que necesitan tener todos los aspectos de su vida perfectamente controlados y predecibles. Es un perfil de riesgo para la depresión postvacacional ya que los primeros días de incorporación al trabajo pueden ser un poco caóticos.

El fóbico: aquel que tiene miedo de afrontar su situación laboral y si pudiera la evitaría. Personas que por miedo a equivocarse, a no ser capaz o a no estar a la altura de las circunstancias, estarían continuamente de vacaciones.

El profeta negativo: aquellos que continuamente les vienen pensamientos catastróficos y negativos que les hacen sentir angustiados, tristes, nerviosos e irritables. Por ejemplo aquel que piensa “este año seguro que no van haber cambios y seguiré haciendo este aburrido y mal pagado trabajo”, o “no he disfrutado suficiente de las vacaciones y ahora queda demasiado tiempo para volver a cogerlas”, etc.

Existen cuatro perfiles de personalidad típicos para sufrir la llamada depresión postvacacional: el planificador, el controlador, el fóbico y el profeta negativo.

Los perfiles psicológicos más comunes para sufrir el síndrome postvacacional son: el controlador, el anticipador, el fóbico y el profeta negativo.
Los perfiles psicológicos más comunes para sufrir el síndrome postvacacional son: el planificador, el controlador, el fóbico y el profeta negativo.

Para prevenir la depresión postvacacional, podemos seguir algunos sencillos consejos:

Planificar el regreso: es aconsejable volver a tu lugar de residencia habitual algunos días antes para poner todo en orden. Esto nos ayuda a adaptarnos a la vuelta a la rutina, mentalizarnos para volver al trabajo y tener un par de días de asueto para recuperar la sensación de estar en casa.

Organización: retomar la rutina de golpe e intentar abarcar todo el primer día de vuelta puede hacer que aparezca el estrés. Por ello es recomendable que el primer día saquemos tiempo para hablar con los compañeros y crear un entorno de trabajo bueno. También es ideal analizar qué trabajos hay pendientes y priorizarlos, tanto en el hogar como fuera de éste.  

Reordenar la vida fuera del trabajo: durante las vacaciones, trasnochar, trastocar los horarios, ceder a los excesos… es habitual. Por ello, uno de los primeros pasos al dar durante el regreso debe ser el ajustar las horas de sueño y el resto de rutinas.

Reducir el consumo de alcohol: lo cual ayuda a reducir la aparición de la ansiedad, la apatía y la depresión.

Recuperar los hábitos alimentarios: abandonar los típicos excesos vacacionales para volver a la estabilidad de lo cotidiano.

Practicar deporte: además de que las personas que realizan deporte son y están más felices, también ayuda a liberar el estrés que se acumula en el día a día y aporta un objetivo diario a realizar aparte del meramente laboral.

Tener objetivos: tener objetivos diferentes a volver a trabajar es importante porque ayudan a focalizar la atención en actividades satisfactorias. Es por ello que los coleccionables son tan populares en los períodos postvacacionales.

Si el síndrome o depresión postvacacional se alarga más de seis meses podemos estar ante un trastorno desadaptativo en lugar de un síndrome normal y pasajero.

Tener paciencia: a medida que el trabajador se adapta a la vuelta de la rutina, los síntomas irán desapareciendo. No obstante, si se alargan durante más de seis meses es recomendable acudir al psicólogo porque podemos estar ante un trastorno desadaptativo en lugar de un síndrome normal y pasajero.

Aprovechar y disfrutar cualquier momento libre: los pequeños placeres pueden ser de gran ayuda para hacer más amena la obligación del mundo laboral. Un buen plan podría ser quedar el primer día con los compañeros de trabajo para hacer una pausa y conversar sobre los días pasados. También organizar una quedada con los amigos que no has visto durante el verano.

Recordar que el trabajo tiene sus ventajas nos ayudará a superar los síntomas de tristeza y estrés que a veces pueden aparecer al fin de las vacaciones
Recordar que el trabajo tiene sus ventajas nos ayudará a superar los síntomas de tristeza y estrés que a veces pueden aparecer al fin de las vacaciones

Finalmente, si sufres un poco de depresión postvacacional, siempre fue una buena estrategia el ser realista y recordar todas las bondades que ofrece el tener un trabajo y lo que te permite hacer en tu vida.

El mejor consejo es construir una vida suficientemente satisfactoria como para que volver de vacaciones, no sea excesivamente traumático. Si volvemos a una vida satisfactoria, la cosa no será tan mala.

Alfonso García-Donas

Psicólogo

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