Todos queremos ser felices. Si bien cada persona es un mundo, y las necesidades de cada ser humano pueden ser muy diferentes si atendemos a su contexto, características y situación. Todos somos diferentes en muchos aspectos, pero todos y cada uno de nosotros deseamos ser felices.
En muchas ocasiones, el camino para alcanzar este sentimiento no está tan claro como podemos pensar en una primera instancia. A veces saber qué queremos o cómo podemos conseguirlo puede mezclarse en ideas difusas que nos confunden y nos restan claridad a nuestro pensamiento.
El equipo del padre-hijo Ed Diener y Robert Biswas-Diener, la psicóloga de Stanford Sonja Lyubomirsky, y el especialista en ética Stephen Post han estudiado a personas de todo el mundo para averiguar cómo afectan a nuestro bienestar cosas tales como el dinero, la actitud, la cultura, la memoria, la salud, el altruismo y nuestros hábitos diarios. El campo emergente de la psicología positiva está estallando con nuevos descubrimientos que sugieren que tus acciones pueden tener un efecto significativo en tu felicidad y satisfacción con la vida.
Te ofrecemos un decálogo sobre sus coclusiones para ser felices:
Los participantes de un estudio que se tomaron el tiempo para “saborear” los eventos ordinarios que normalmente realizaban rápidamente, o para volver a pensar en momentos agradables de su día, “mostraron incrementos notables de felicidad y reducciones de depresión”, dice la psicóloga Sonja Lyubomirsky.
Aunque mantenerse al nivel de los demás es parte de nuestra cultura, compararnos con otros puede ser perjudicial para la felicidad y la autoestima. En vez de compararnos con los demás, enfocarnos en nuestra propia realización personal lleva a una mayor satisfacción, según Lyubomirsky.
La gente que pone el dinero en los primeros lugares de su lista de prioridades, está más en riesgo de caer en la depresión, la ansiedad y la baja autoestima, según los investigadores Tim Kasser y Richard Ryan. Sus conclusiones son válidas en diversas naciones y culturas. “Cuanto más buscamos satisfacciones en los bienes materiales, menos las encontramos en ellos”, dice Ryan. “La satisfacción tiene una vida corta, es muy pasajera”. Los buscadores de dinero también obtienen bajos puntajes en tests de vitalidad y autorrealización.
“Las personas que se esfuerzan por algo significativo, ya sea aprender una nueva habilidad o elevar la moral de sus hijos, son mucho más felices que las que no tienen sueños o aspiraciones fuertes”, dice Ed Diener y Robert Biswas-Diener. “Como humanos, en realidad requerimos de una sensación de sentido para prosperar”. El profesor de la felicidad, residente en Harvard, Ben-Shahar, coincide, “La felicidad yace en la intersección entre el placer y el sentido. Ya sea en el trabajo o en casa, el objetivo es participar en actividades que sean al mismo tiempo personalmente significativas y agradables”.
Cuán feliz estás en el trabajo depende en parte de cuánta iniciativa tomes. La investigadora Amy Wrzesniewski dice que cuando expresamos creatividad, ayudamos a otros, sugerimos mejoras, o hacemos tarea extra en el trabajo, hacemos a nuestro empleo más gratificante y nos sentimos más al control.
La gente más feliz tiende a tener buenas familias, amigos y relaciones comprensivas, dice Diener y Biswas-Diener. Pero no es suficiente ser el alma de la fiesta si estás rodeado de conocidos superficiales. “No sólo necesitamos relaciones, necesitamos que sean cercanas” y que incluyan comprensión y compasión.
Suena simple, pero funciona. “Las personas felices… ven posibilidades, oportunidades y éxito. Cuando piensan en el futuro, son optimistas, y cuando revisan el pasado, tienden a saborear los buenos momentos”, dice Diener y Biswas-Diener. Incluso si no naciste mirando el vaso medio lleno, con la práctica una mirada positiva puede convertirse en hábito. (Es algo mas complejo que esto, pero funciona)
Según el autor Robert Emmons las personas que mantienen hábitos diarios de gratitud semanales son más saludables, más optimistas y más propensas a progresar hacia la realización de metas personales. La investigación de Martin Seligman, fundador de la psicología positiva, revela que las personas que escriben “cartas de agradecimiento” a alguien que hizo una diferencia en sus vidas tienen más puntos de felicidad y menos de depresión, y el efecto dura por semanas.
Un estudio de la Universidad de Duke muestra que el ejercicio puede ser tan efectivo como las drogas para tratar la depresión, sin los efectos secundarios y los gastos. Otra investigación muestra que además de los beneficios para la salud, el ejercicio regular ofrece un sentido de cumplimiento y oportunidad para la interacción social, libera endorfinas y aumenta la autoestima.
Haz del altruismo y el dar parte de tu vida, y sé decisivo al respecto. El investigador Stephen Post dice que ayudar a un vecino o vecina, ofrecerse como voluntario o donar bienes y servicios nos conducen a un sentimiento de exaltación, y conllevan más beneficios para la salud que hacer ejercicio o dejar de fumar. Afirma que escuchar a un amigo y amiga, transferir tus habilidades, celebrar el éxito de otros y perdonar también contribuyen a tu felicidad. La investigadora Elizabeth Duna encontró que quienes gastaban dinero en otras personas reportaban más felicidad que quienes lo gastaban en sí mismos o mismas.